Cerca de 520 árboles reforestados, 11 toneladas de material reciclable recolectado y que el 90% de las familias separen los residuos aprovechables desde la fuente, son algunos de los logros que las comunidades de El Prodigio (San Luis) y Siete Vueltas (San Juan de Urabá) han gestado con el acompañamiento durante 3 años del Programa Desarrollo Integral para Comunidades Sostenibles.
Desde el 2018, estos territorios del departamento de Antioquia, vienen trabajando en fortalecer y generar capacidades individuales y colectivas para el mejoramiento de sus condiciones ambientales.
En el caso de Siete Vueltas, conformaron, desde su Junta de Acción Comunal, los comités de agua y reciclaje, integrados por líderes voluntarios que, luego de un proceso formativo con el Programa se concientizaron sobre las malas prácticas que tenían a nivel comunitario, familiar y personal para posteriormente replicarlo y tomar acciones en torno al cuidado de su territorio.
Acciones que se han visto representadas en la construcción de un centro de acopio para la recolección, separación y comercialización del material reciclado por el comité, siendo, el único corregimiento de la región con este tipo de infraestructura destinada a tal fin, dotado además de compactadora y moto-carro para facilitar su labor y ampliar la ruta a otros sectores del municipio.
También crearon el proyecto “Soy parte, somos parte, ¡siembra un árbol!” en el que han logrado sembrar 245 árboles y generar mayor apropiación de las personas con la adopción de las plantas. Por otra parte, construyeron un vivero comunitario para mantener al abastecimiento de plántulas y semillas nativas, es la misma comunidad la encargada de sostenerlo y abastecerlo.
El Prodigio, tierra de abundancia hídrica, biodiversa, declarada patrimonio geoarqueológico y con alto potencial turístico cuenta, hace más de 5 años, con Amorpro, una asociación de mujeres que desde su conformación se ha interesado por la protección de los recursos naturales, generar cultura ambiental en su corregimiento, igualmente, desde la recolección, separación y comercialización de material reciclable, una actividad en la que en promedio recogen de 8 a 10 toneladas de material al año, que hacen de manera voluntaria y las personas del territorio reconocen y valoran.
Así mismo, un grupo de estudiantes becadas en Tecnología Ambiental construyeron composteras para la creación de abono orgánico el cual utilizan en zonas comunes, jardines y/o huertas de las mismas personas que entregan el compost con previa capacitación por parte del grupo.
Son comunidades que han aprendido a trabajar unidas, colectivamente, haciendo conciencia de los recursos naturales, humanos y el potencial productivo de cada territorio. Se resalta que los jóvenes están cada vez más vinculados a procesos comunitarios, interesados en reciclar, reforestar, aprender y educar en cultura ambiental a sus familias y vecinos.
La percepción de un visitante que va a cualquiera de los corregimientos es de admiración, respeto e incluso de orgullo porque ni siquiera en territorios con mayor grado de desarrollo y de menor vulnerabilidad, han logrado lo que El Prodigio y Siete Vueltas. Por supuesto que aún falta, hay un reto por mantener las zonas reforestadas, seguir reciclando y que el 100% de la población se vincule. La mayor ganancia es que son territorios conscientes, que ahora asumen esos retos, que autogestionan soluciones para su propio desarrollo; uno que no sólo es ambiental, sino también económico y social.
Todo esto ha sido el fruto del trabajo de la comunidad con la Alianza para el Desarrollo – Colectivo AFE Antioquia, quien implementa el Programa y llegó a estos territorios con el propósito de generar impacto sostenible, aportar a la calidad vida y desarrollo de comunidades vulnerables desde las capacidades y experiencias de las 17 fundaciones que la conforman.
“Siento que el corregimiento ha avanzado mucho con respecto a la concientización del valor que tiene el territorio, la naturaleza y la biodiversidad que tenemos. Con el apoyo que tenemos de la Alianza se han desarrollado proyectos y capacitaciones en donde las personas hemos aprendido el valor del territorio y cómo cuidarlo” expresa Evelyn Castro – Líder de El Prodigio
Hoy, en el marco del Día Internacional de la Madre Tierra, es válido resaltar, pero al mismo tiempo preguntarse, cómo el sector fundacional se involucra cada vez en acciones sostenibles, en generar una conciencia y cultura ambiental y en la protección de nuestro hogar, la tierra.