Ser parte de la AFE honra los principios y valores de toda organización que, desde su misión, esté comprometida con el desarrollo y bienestar de las comunidades menos favorecidas. La AFE ha liderado durante 10 años espacios de encuentro donde se comparten y enriquecen experiencias, que cada una de las 74 fundaciones familiares y empresariales, operamos en los diversos territorios del país. En la Presidencia Ejecutiva de la Fundación Carvajal he sentido un respaldo por parte del equipo –y misión– de la AFE que ha fortalecido mi labor y compromiso social.
En este espacio quiero invitar a que continuemos por este camino, comprometidos a fortalecer el tejido de la red como estrategia de país para que, unidos, despleguemos acciones con mayor incidencia en política pública, mayores avances académicos y aprendizajes de experiencias externas que enriquezcan nuestro actuar, para el fortalecimiento de las acciones que cada uno despliega de la mano con las comunidades beneficiadas. Participar en este loable servicio, nos permite continuar siendo referencia y aliados vitales para el gobierno nacional, regional y local, por nuestro compromiso con el desarrollo y nuestra capacidad de gestionar proyectos con instituciones público-privadas y de cooperación internacional.
Comparto esta reflexión con el propósito de incentivar una mayor participación en todas las actividades que nos ofrece la AFE: ellas nos permiten ampliar la lectura de la realidad –nacional e internacional– a favor del desarrollo sostenible y propiciar un trabajo solidario e integral a la población. Saquémosle provecho a las llamadas que nos hace para articularnos, como lo fue participar en la universidad en Paris Ecole 42, y la Mesa Diálogo con la APC. Igualmente, a utilizar todos los insumos que nos provee, como su mapa categórico de intervención en Colombia, los encuentros entre fundaciones, el boletín digital, el acompañamiento con universidades para evaluación y monitoreo de proyectos, y el gran empeño que ha hecho por nutrir y valorar la Gestión de Conocimiento de cada institución. Gestionar el conocimiento y la democratización de la información –para que esté al alcance de todos– es, y seguirá siendo, el desafió que permitirá sistematizar experiencias como referencia para propagar nuestra misión.
Al lograr un trabajo integral en los territorios, como resultado de la articulación de todos los actores presentes, trascenderá el impacto de la labor que cada uno realiza.
¡¡Les deseo una feliz Navidad y un año 2019 con grandes oportunidades de aprendizaje!!