Uno de los debates más interesantes al interior de nuestro modelo socio-económico, gira alrededor de la idea de la meritocracia. En las últimas décadas, a raíz de la muy mencionada desigualdad social y el imperante hartazgo de un sistema que parece funcionar solo a unos pocos, se ha extendido la idea que las oportunidades no están legando de manera proporcional a todos los sectores.
Dicho de otra manera, la movilidad social entendida como la serie de recursos que todos tenemos- de acuerdo a nuestras capacidades y trabajo propio- para escalar socialmente, se contradice con una realidad que en muchos casos depende de factores externos al propio mérito y que ha dejado cada vez más rezagadas a poblaciones como los jóvenes1, afectando particularmente a las mujeres jóvenes que cuentan con una alta participación en la inactividad, asociada a oficios y cuidados del hogar no remunerado, a pesar de contar con un nivel de escolaridad superior a sus pares hombres. ¡Un sinsentido!
El debate sobre la meritocracia puede ser muy enriquecedor para la naturaleza misma de nuestro sector y puede arrojar visos sobre el impacto y la percepción que estamos realizando con nuestras comunidades y organizaciones con quienes trabajamos.
Pensando precisamente sobre la manera en que el rol fundacional y filantrópico aborda una problemática tan estructural, desde la AFE queremos apostarle a dos cimientos que se articulan a la labor que hemos venido trabajando: el fortalecimiento del trabajo colaborativo y un abordaje sistémico a la hora de indagar dinámicas sociales. Una no puede ir sin la otra.
Fortalecer el trabajo colaborativo se manifiesta en un ecosistema fundacional cada vez más conectado y robusto. Que aprenda y se auto-fortalezca. Los encuentros que proponemos durante nuestro calendario de eventos (pueden revisarlo en nuestra página web: www.afecolombia.org) buscan sinergias compartidas y experiencias donde puedan derivar proyectos conjuntos. Más del 70% de nuestras fundaciones trabajan en temas de educación, el 45% en generación de ingresos y más del 30% en cultura, recreación y deporte. Estamos seguros que solo esas cifras esconden oportunidades de alianzas y conexión.
Una red de apoyo y de aliados permitirá al sector establecer y reforzar una mirada mucho más sistémica a los problemas asociados a la desigualdad y la poca movilidad social en Colombia 2 .
¿Qué enfoques podemos implementar a la hora de analizar un reto social? – Por ejemplo: ¿Desde qué aristas podemos entender una problemática asociada a la baja escolaridad de mujeres jóvenes migrantes? ¿Con cuáles herramientas puedo contar para realizar un diagnóstico sobre el acceso a salud de la población mayor en Colombia? Un enfoque sistémico permitirá complejizar los mecanismos por los cuales se pueden entender y trabajar cualquier proyecto social, enfatizar las dinámicas particulares que afectan a nuestra población y plantear procesos sostenibles que repercutan en una disminución de “brechas de desigualdad”, como lo denomina el economista Thomas Piketty o las “trampas de la meritocracia” que explica Michael Sandel.
Durante este primer semestre, como parte de nuestras apuestas programáticas, hemos estado visitando y conociendo a cada una de nuestras fundaciones – en una de estas visitas se resaltó una frase muy locuaz, pero a veces ignorada: “En el sector social, las soluciones mágicas no existen”. En vez de pensar desde la orilla del merecimiento y de los auto reconocimientos – muy comunes, paradójicamente, dentro de las fundaciones- más bien promovamos nuestro rol y responsabilidad en seguir apalancando a los que se han quedado y siguen quedando atrás en esta larga y muchas veces injusta carrera social.
Texto: Comunicaciones AFE